domingo, 22 de noviembre de 2015

LOW PROFILE GRAB BAG DE WARRIOR ASSAULT SYSTEMS

Warrior Assault Systems es una empresa relativamente joven del ámbito militar. Situada en UK (Reino Unido) diseña, fabrica y  distribuye accesorios militares como chalecos, fundas y demás complementos para soldados y empresas de seguridad privada. La empresa Warrior Assault Systems fue creada en 2005 por dos ex-soldados de la fuerzas armadas del Reino Unido. Vieron las deficiencias de material en distintas situaciones de su trabajo y decidieron aprovechar el conocimiento. Teniendo conocimiento de primera mano de las carencias y problemas que puede causar el material defectuoso o poco practico en situaciones extremas y peligrosas, se decidieron a la creación de una marca especializada en material militar para uso profesional. Warrior Assault Systems alcanzó en poco tiempo mucha popularidad entre militares y muchos de sus productos incluyen un certificado NTOA (National Tactical Officers Association) que prueba y recomienda los productos de Warrior Assault Systems como los chalecos DCS Plate Carrier. Un fabricante a tener en cuenta en los próximos años. Accesorios probados en combate por fuerzas armadas en todo el mundo. Los materiales usados cumplen con los requisitos Mil Spec y las telas y camuflajes usadas son los originales. Los componentes como cierres reciben un tratamiento I.R. que reduce la firma infrarroja. Todos los productos son aptos para el servicio.

Hoy voy a hablaros de una de mis últimas adquisiciones, se trata de la bandolera Low Profile Grab bag de la marca Warrior Assault Systems.

Si bien la intención inicial era la de utilizarla únicamente para portar todos los útiles que empleo en el campo de tiro, me ha gustado tanto que pasará a ser uno de mis medios habituales para transportar equipo a diario. Vamos a ver los motivos de ésta decisión.

ANÁLISIS DE LA CONSTRUCCIÓN/MATERIALES:

Lo primero que apreciamos al sacarla de la bolsa es la calidad del bolso. La cordura es de primera calidad; las cremalleras y clips robustos, así como las correas y las costuras se han rematado adecuadamente, no como nos tienen acostumbrados muchos fabricantes de renombre.

Otra de las cosas que llama la atención en un bolso de estas características (y de precio tan contenido teniendo en cuenta la calidad) es que Warrior utiliza Multicam original y no una copia, hecho que salta a la vista sin siquiera ver las etiquetas que lo confirman.

Siguiendo con la construcción y materiales hay que reparar en las costuras, tanto por la cara externa como el remate interior, pues nos dan la seguridad de que no se van a deshacer en cuanto carguemos la bandolera con bastante peso ni cuando la sometamos a un trato duro.

Otro detalle que han cuidado los fabricantes es el de reforzar aquellos puntos que más sufren, pasando la correa principal por debajo y reforzando por dentro la parte inferior donde se apoyará todo el peso.

En cuanto a detalles de construcción de cara al uso vemos que no han dejado nada (o casi nada) sin atender. Han preparado sujeciones y velcros para todos aquellos elementos que no se utilizan en ese momento, como la correa para la cintura/pierna como para la cremallera de la tapa desmontable.

Otro detalle a tener en cuenta es que en la tapa dispone de una abertura que permite extraer desde el bolsillo principal la antena de nuestras comunicaciones o el tubo de una bolsa de hidratación.

La cremallera principal es bidireccional y carece de elementos metálicos en el tirador, lo que evitará ruidos innecesarios producidos durante el movimiento, en cambio han optado por realizar los tiradores en paracord, hecho al que nos tienen acostumbrados últimamente los fabricantes de material táctico de gama media/alta.

ANÁLISIS TÁCTICO/UTILIDAD:

La bandolera es completamente modular, dispone de sistema Molle en dos de sus caras, además de en la correa principal, por lo que podemos organizar los distintos pouch que trae a nuestro gusto. El único bolsillo que no se puede retirar es el del móvil/brújula/GPS (o lo que quieras meter) que trae en uno de los lados estrechos, todos los demás se pueden retirar o cambiar de posición.
Asimismo la cubierta se puede desmontar, pudiendo utilizarse como portaplanos independiente (tamaño A4).
La bandolera viene de fábrica con los siguientes pouch:
Portacargador triple para cargadores de fusil de 5.56
Portacargador doble para cargadores de pistola.
Portacargador simple para cargador de pistola.
Portacargador simple con velcro para cargador de pistola.
Funda con velcro para pistola.

Podemos portarla en varias configuraciones dependiendo de la misión, con la tapa que la cubre o sin ella, quedando a la vista el panel molle frontal con los elementos que tengamos facilitando el acceso a ellos y a la cremallera principal.

Cuando abrimos la cremallera nos encontramos un bolsillo principal lo suficientemente amplio como para que al llenarlo no resulte incómoda de portar.
A ambos lados de este bolsillo tenemos otros dos, de un tamaño más reducido, uno de ellos completamente forrado de velcro suave para emplazar las dos fundas de velcro que trae la bandolera así como cualquier otro bolsillo que tengamos con ese sistema. Éste espacio es ideal para portar el arma y un par de cargadores puesto que el velcro suave, además, no estropeará el pavonado de nuestras armas.

El otro de los bolsillos secundarios dispone de varias gomas elásticas que nos permiten disponer de nuestros elementos sin que se muevan por el bolsillo involuntariamente, facilitando el acceso a los mismos. 

En cuanto al porte colgada es cómoda. Dispone de un acolchado y antideslizante que se puede retirar de la correa principal. La correa es lo suficientemente ancha como para que al portarla con peso no se haga incómoda y la cinta adicional evita que se mueva cuando la fijamos a la cintura o al muslo (dependiendo de la altura a la que la llevemos).

Hasta aquí hemos visto las bondades de la bandolera, pero para mi gusto tiene algunos contras también (carencias más bien).

-Para empezar, la bandolera se puede portar en el lado derecho o el izquierdo, pero si optamos por el porte en el lado izquierdo perderemos el acceso al espacio con sistema molle de la correa principal ya que nos quedará en la espalda tras el brazo, siendo muy difícil el acceso al mismo.
-Carece de una zona con velcro para colocar parches de identificación. En patrullas en que varios integrantes dispongan del mismo bolso podría dar lugar a equivocaciones u obligarnos a marcarla con rotuladores.
-Carece de sistema Molle en la parte trasera, esto en principio no es necesario, pero podría utilizarse llegado el momento para colocar la bandolera sobre la plataforma Molle de una mochila de patrulla y así aumentar la capacidad de la misma y facilitar el porte.
-Si bien han cuidado bastante todo este tipo de detalles no han incluido una posición de reposo para el enganche de la tapa superior cuando la retiramos, de manera que queda colgando en la parte inferior.

Como resumen, me parece una gran opción para todos aquellos que deban portar el equipo de manera más accesible que en una mochila, los que realicen servicios en vehículo y quieran las cosas a mano y organizadas y en general todos los que quieran una bandolera de muy buena calidad que con seguridad no les dejará tirados en el momento más inoportuno.

Las contras que he detallado son, en realidad, nimiedades; simplemente por poner unas cuantas “pegas” ya que no he encontrado ninguna realmente importante.

lunes, 26 de enero de 2015

En que se basa un curso LEFR-TCC

(Law Enforcement and First Response Tactical Casualty Care)

Atención inmediata al herido en el entorno táctico policial.


Hay que ponerse al día, mejoramos en tácticas, en materiales, en equipamiento, pero dejamos olvidado algo tan importante como la  formación sanitaria de los primeros intervinientes, algo que no tiene nada  que ver con los tan repetidos cursos de RCP y primeros auxilios. 

Esta formación dirigida a las fuerzas policiales de todo el mundo,  enseña y capacita a responder a los riesgos inherentes de la profesión y sus  devastadoras consecuencias. Porque, ¿a quién le han enseñado cómo  responder ante un compañero herido de bala?, o ¿qué hacer cuando, por  lesión, se ha comprometido la vía aérea y los servicios de urgencia no  pueden acceder a la zona porque todavía no es segura?. 

A estas preguntas y a otras muchas se dan respuesta en el LEFR-TCC,  garantizando el conocimiento de las técnicas y el material necesario para  poder socorrer, extraer y cuidar al herido hasta que pueda ser evacuado a  un centro hospitalario.

Los cursos LEFR-TCC ofrecen la posibilidad de poder salvar la vida de un compañero o la nuestra, de una forma rápida y lo más eficazmente  posible en una primera intervención, y olvidémonos de esos curso que están  diseñados para su ejecución en un entorno controlado y relajado, cursos que  no contemplan situaciones críticas derivadas de los riesgos a los que se  exponen día a  día los estamentos policiales.

Este programa de un día enseña a los primeros intervinientes, como;
oficiales de policía, bomberos, técnicos de emergencias médicas y otros 
socorristas de seguridad pública, las intervenciones básicas de cuidados 
médicos que ayudarán a salvar la vida de un lesionado hasta que el 
personal de SAMU pueda entrar con seguridad en el escenario táctico. El 
enfoque de la atención médica se divide en varias fases, dependiendo de la 
situación táctica. El curso combina la didáctica en el aula con prácticas de 
formación. Cada participante aprenderá a reconocer y tratar un sangrado 
potencialmente mortal, utilizando un torniquete y / o un agente hemostático 
para lugares donde no se puede utilizar un torniquete. Otras habilidades que 
los participantes aprenderán será la de proteger la vía aérea, la aplicación 
de un sello en el pecho con ventilación para heridas torácicas, el reconocimiento de un neumotórax a tensión y la aplicación de un vendaje  compresivo para hemorragias leves.

La hemorragia que se produce cuando se secciona una arteria principal, es generalmente tan rápida y abundante que el herido  muere antes de que la ayuda pueda llegar hasta él . (col. H.M.Gray  1919)

Las muertes evitables en una zona hostil se dividen en: 65% en hemorragias en extremidades, 33% en neumotórax a tensión y un 6%  en obstrucción de vía aérea. Qué se quiere decir con esto, muy  sencillo, que independientemente de donde se produzca la agresión,  (civil o militar) los daños a los que nos deberemos enfrentar son los  mismos, y estos porcentajes nos muestran que; entre hemorragias,  neumotórax y obstrucciones de vía aérea, antes con un índice de  mortalidad entorno al 95%, ahora gracias a la observación, práctica,  estudio y formación, pueden ser evitables en un alto porcentaje,  siempre y cuando el primer interviniente esté formado y capacitado  para desarrollar las técnicas que se instruyen en el LEFR-TCC, una  variación del TCCC (Tactical Combat Casualty Care) para su  implantación en las fuerzas policiales de todos los países.

Las fases en que se divide esta instrucción son las mismas que en el TCCC, pero con periodos de respuesta más cortos.

Las tres fases definitivas de asistencia a las bajas:

1- CUF (Care Under Fire) Cuidados Bajo el Fuego: Atención prestada donde se produce la lesión, mientras que tanto el  rescatador como el herido se encuentran bajo fuego hostil. El  equipo médico disponible es muy limitado.

2- TFC (Tactical Fiel Care) Cuidados Tácticos de Campo: La prestada cuando el herido no se encuentra bajo fuego hostil, el  equipo médico está limitado y el tiempo de evacuación puede  tardar varios minutos.

3- TACEVAC (Tactical Evacuation) Cuidados Tácticos de Evacuación: Todo el personal y equipos médicos prealertados,  estarán disponibles durante esta fase.

Estos pasos “que salvan vidas” en el ambiente de confrontación
militar, se extrapola a la vida civil y policial en el LEFR-TCC, se 
modifican las actuaciones en función de los tiempos de evacuación, 
pero ningún personal sanitario entraría en una “zona caliente” hasta 
que esta esté asegurada, y ese tiempo de demora es la línea que 
separa la vida de una muerte evitable. Por todo esto, el 
equipamiento básico de un botiquín de respuesta balística introducido  como dotación en los vehículos de primera intervención podría salvar  vidas en determinados escenarios tácticos.

El LEFR-TCC es un curso de un día de duración, impartido por instructores homologados por NAEMT (National Association of Emergency Medical Technicians, USA) que junto con los SWAT`s de Denver marcaron las directrices para adquirir las habilidades necesarias que en situaciones límite pueden salvar vidas.

Durante el curso el alumno entra en visión túnel, generando un estrés similar al que debería soportar en una situación real, que junto con las recreaciones de escenarios tácticos reales crean respuestas inmediatas ante acciones concretas.

Un curso eminentemente práctico, bajo tensión e inolvidable, sabiendo que tras él, se entra en la élite de la respuesta sanitaria en el entorno policial.

El uso del torniquete SOFT y CAT, el manejo del itClamp 50, Bolin Chest Seal, actuar de manera rápida y efectiva frente a una hemorragia masiva, un neumotórax a tensión, saber permeabilizar una vía aérea y seguir siendo un tirador activo protegiendo al compañero herido, todo esto y mucho más se experimenta en el LEFR en sus escenarios tácticos, teniendo al final de éstos un feedback sobre las acciones y actuaciones de los alumnos, intercalando los roles de defensores y atacantes.

Los tiempos cambian así como los delincuentes, a día de hoy, en España existen alrededor de 350.000 armas de fuego ilegales (según una estimación de la Guardia Civil), y con estos datos debemos subir al tren de la modernización y protegernos de lo que antes parecía imposible o sólo se veía en las películas, los actos delictivos, así como su praxis, también evolucionan y cada vez estamos más cerca de mimetizar las acciones que, hace unos años, sólo ocurrían en los EEUU. Por ello debemos estar preparados para poder hacer frente a estas situaciones.

Este curso sanitario de primeros intervinientes en el ámbito policial, está diseñado para poder hacer frente a estas acciones minimizando las bajas de ambas partes, siendo los policías de patrulla los mas expuestos a recibir, sin previo aviso, agresiones de todo tipo, incluido el verse involucrados en un tiroteo fortuito.

Los tipos de arrastres y evacuaciones tácticas, asegurando no crear nuevas o mayores lesiones al
herido, manteniendo la potencia de fuego y sin comprometer el éxito de la misión, es una parte importante del curso.